viernes, 2 de octubre de 2009

30/sept/09


Hay veces en que cuesta tanto respirar, como si la garganta se cerrara de un segundo a otro sin previo aviso.


Te empieza a faltar el aire y comienzas a desesperarte tratando de buscar una salida rápida y eficaz, pero todo se ve en tinieblas sintiéndote angustiado y agotado de tanto esfuerzo, y simplemente cierras los ojos para poder descansar.


Entre tantas emociones y ruidos, a la lejanía se escucha un cantar que te hace abrir los ojos para buscar de donde viene tan tenue sonido. Mientras buscas te das cuenta que ya la oscuridad se va disipando para conseguir ver una pequeña ave de plumaje gris y su cola dando la distinción de luz. Te acercas lentamente para comprobar que el sonido proviene de ella. Te quedas pendiente mirándola fijamente a los ojos, tan pequeños como pepitas de manzana, manteniendo una converzación sin palabras, sin ruidos, sólo las miradas entrelazadas.


En eso todo quedo en silencio, ni la más grande roca que hubiera caido a tu lado habria quebrado tal armonia. Tanta era la tension de poder oir algo de esa ave, que cuando abrio sus fauses dejó salir la melodia más dulce que jamas se haya escuchado; y lo unico que pudiste hacer fue mostrar una leve sonrisa, de alivio talves. Luego de esto, el ave extendió sus alas para volar, y se fué a posar en una rama de un arbol que estaba frente a ti y simplemente se volteó para mirarte denuevo; sin embargo nuevamente se fue volando.


Te diste cuenta de que ya no estaba tan oscuro y que podias respirar algo mejor, entonces por esto comenzaste a escribir...

domingo, 12 de abril de 2009

¿Jugamos la revancha?


No todo es un juego; pero lo tomamos de ese modo al no estar contentos con algún resultado y luchamos por lograrlo a toda costa, sin importar las consecuencias que contraiga nuestro actuar.


Sin embargo hay juegos que ya no se pueden volver a jugar. Por sus jugadores y las condiciones de juego, siempre se arriesga bastante, se puede ganar o perder, jugar limpio o con trampas; todo depende del estilo del juego y las apuestas que se hagan, de todas formas es una práctica más que se puede tener de experiencia a lo largo de nuestra vida.


En cambio hay juegos que se nos presentan a cada momento, con una tentativa que nos persiste y nos empuja a que juguemos, pero no solo para probar suerte y confirmar la supremacía, sino para algo más importante, más profundo que puede cambiar algo de nosotros.


Las instrucciones son claras, lo apuestas todo o nada, te atreves o juegas de observador, mientras otro toma la delantera por ti. Este juego no se comenta, ni tampoco se ofrece. Es un juego de dos o de tres, dependiendo. Si es de dos jugadores, estos juegan independientes, sin que el otro jugador sepa que estas participando de una forma directa, solo se entera cuando vas perdiendo y tu cuando él va perdiendo; y si el juego es de tres se vuelve un poco más complicado ya que uno de los participantes no juega, solo participa en el final; mientras los otros dos jugadores compiten entre sí. El premio es el objetivo que te propongas, que es lo que quieres lograr con este juego, que quieres ganar; que dependiendo de ti el premio puede perdurar en el tiempo (puede ser una situación) o bien solo demostrar que ganaste y fuiste mejor que el otro.


Las variantes del juego como cuanto dura, donde se juega, cuales son las formas de juego. Se va viendo con el tiempo mientras se presente el juego y sus participantes, hay recién se establecen los primeros indicios; ya que ni siquiera tiene reglas, si pierdes lo que apostaste no tienes derecho a queja, pero si el intentar una revancha; puedes hacer trampas y enredos, pero hay que tener cuidado para no ser descubierto. Finalmente tú haces tu juego y vas descubriendo quien o quienes son tus contrincantes.


Si jugamos la revancha es porque algo quedó por resolver y lo que se apostó aún sigue en el juego... Trata de no romper tu corazón porque no existe el derecho a quejarse....

lunes, 16 de febrero de 2009

Quien sabe...?


De vez en cuando hay que cambiar la página de nuestra vida y tal ves empezar a escribir con un lápiz de color distinto. Sin embargo resulta difícil el querer dejar atrás sucesos y mas aún a personas que pasaron de alguna u otra manera por nuestra vida, dejando una huella que perdura en el tiempo.

Quien sabe si alguna de nuestras decisiones influyeron en el alejamiento de esas personas; con un simple no, un sí o con un silencio más los pasos que se van alejando poco a poco sin poder dar una explicación del porque lo hacemos de esa manera. Será que es por no dar la cara o es una forma de que nadie salga mal herido en el intento de tomar una decisión?. Puede que no tenga una respuesta que deje conforme a todos, pero lo que si ocurre mientras tanto es que el tiempo sigue avanzando y reaccionando acorde vivimos la vida; dejando atrás a personas o caminando junto a ellas, superando nuestros temores y creciendo como personas. Suena bonito de una cierta forma, pero vivir el proceso no lo es mucho. Debido a que empiezas a creer que lo que hiciste estuvo mal y cuando tienes una segunda oportunidad tratas de tomarla con todas tus fuerzas para saber que antes no estuviste en lo correcto y que ahora tienes la razón. Suele pasar como a veces no, lanzándonos un balde de agua fría que te despierta del letargo en el que estabas y piensas en el futuro si realmente vas a ser feliz con el haber aceptado. Al final el miedo y las dudas se apoderan de tu cabeza rehusando a esa oportunidad que el posible destino puso ante tus pies.

Al tiempo comienzas a recordar, ya sea con fotos, canciones, cartas, videos o lo que sea que te haga viajar a los bonitos momentos que sin querer te hacen sonreír, pero lo distinto es que ya no te preguntas el "que hubiera pasado si...?"; ese cuestionamiento ya no viene a tu cabeza, porque forma parte de tu pasado y a las personas que algún día les dijiste adiós, viven su propio cambio, su propia vida y sus propias preguntas. Además quien sabe, tal ves los caminos se vuelvan a entrelazar en otro color.